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Claudio
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Tel.: 4778-3899 / 4774-9452, interno 103
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jueves, 8 de agosto de 2013
Asociación Argentina de Artistas Escultores: AAdeAE
Exposición
Aníbal Cedrón
Surversión
Del 10 de agosto al 8 de septiembre de 2013
INAUGURA SÁBADO 10 DE AGOSTO A
LAS 12
El Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori,
dependiente de
la Dirección General de
Museos, anuncia la inauguración de la muestra Surversión, de artista argentino Aníbal Cedrón, el sábado 10 de agosto a las 12 hs. en su sede de Av. Infanta Isabel 555, frente al
puente del Rosedal de Palermo.
La muestra podrá visitarse
de
martes a viernes de 12:00 a 19:00 y sábados, domingos y
feriados de 10:00 a 19:00 hs.
(ver BOOK VIRTUAL EN SITIO www.anibalcedron.com.ar y VER debajo de imagen en más información,
opiniones de Graciela Limardo, Luis Felipe Noé, Eduardo Stupía y otros, en
prólogos del libro catálogo de la muestra).
+
información
Sobre la muestra
Se
expondrán alrededor de 20 obras, técnicas mixtas, que entraman la vida y
el pensamiento del artista. Esta muestra “traza el horizonte ético y épico
de Cedrón, en el que hay
algo del tenor de lo urgente e impostergable; recuperar una cultura
solidaria, cooperativa y situada; no distraerse en satisfacciones
individualistas y dar la batalla contra ‘el pensamiento único que encierra
en ataúdes los valores del humanismo’”, señala Graciela Limardo,
responsable del área Museología del Museo Sívori, y añade que la obra de
Cedrón refleja “un intento por hilvanar una historia
de vida enmarcada en una historia nacional de luchas políticas. Anudar la
memoria individual y colectiva volviendo sobre ciertos hechos que jalonan
su trayectoria personal de militante, derrotas, traumas, marcas y dolores,
restos de una experiencia inefable (…) La grafía dañada, la trama rota, el
trazo interrumpido dicen y a la vez callan, muestran y ocultan reforzando
la tensión entre memoria y olvido (…) La mirada y la imagen de Cedrón son
las de un activista en contra de las gramáticas totalizadoras. Su obra,
entonces, entendida como ejercicio y no como producto se inscribe en una
épica de la resistencia y de la disidencia. Abrir y reventar la trama,
ampliar el detalle hasta el límite, superponer puntos de vista, recortar y
pegar fragmentos de huellas digitales, imágenes que se van de cuadro son
procesos que hablan de presencias y de persistentes
ausencias”.
En
cuanto a las técnicas empleadas por el artista, Limardo apunta: “Cedrón arma y desarma su propio
dibujo utilizando herramientas que aporta la tecnología digital tributaria
de la fotografía; de esta forma recicla sus propios dibujos escaneados,
ampliados, intervenidos, impresos y vueltos a intervenir y se mofa, de
algún modo, del arte digital. El dibujo se enriquece y contamina con los
aportes de las técnicas fotográficas y sus posibilidades de manipulación
de la imagen. El retrato fotográfico se torna gráfico a través de una
operación que va de lo técnico a lo artesanal y de lo artesanal, otra vez
a lo técnico”.
Para Luis Felipe Noé:, Cedrón “se anima a encarar las dos
escrituras, la de la palabra escrita y la del dibujo, en igual paridad y
con la mayor solvencia en ambos casos. Un espíritu meticuloso al mismo
tiempo que sobriamente, barroco (vale la paradoja) está presente en ambos
casos. Aborda el relato y el dibujo por separado, luego los junta
consciente de que los contenidos de cada lenguaje no son intercambiables,
como si estuviera de acuerdo con el aforismo macluhiano de que el medio es
el mensaje, pero no toma a este por su lado meramente formal y
superficial, sino por lo esencial y, por lo tanto, profundo. Su dibujo es
el espíritu de la línea; el relato es la respiración del suspenso. Si la
línea precisa, el relato se pasea por lo ambiguo. Así al menos se siente
Aníbal Cedrón. Al imagen es el instante, el relato es la vivencia de lo
contradictorio; en este caso se debate entre la vida y la
muerte”.
Por
su parte, Eduardo Stupía asegura que “el feroz empeño temático de Cedrón, su intensidad obsesiva
para golpear sin desvíos, para reavivar toda conciencia aletargada, lo
coloca frente al riesgo de sofocar el ventarrón de su riquísimo dibujo con
la crispada intencionalidad de sus contenidos. Sin embargo, Cedrón funda
su arte justamente en ese conflicto y logra con un cuantiosos caudal de
recursos, que sus piezas crezcan en libertad, en base a la más neta
vibración lineal, textural, gráfica, mientras él escarba en la
especificidad del mensaje. En Cedrón se respira el aire puro del dibujo
que, distraído, habla con fruición de sí mismo, mientras la escena que tan
fastuosamente ha constituido también nos habla, pero de otras
preocupaciones, denuncias tragedias”.
Sobre el artista
Aníbal Cedrón nació en 1948 en Puerto San Julián (Santa Cruz). Cursó estudios
de Arquitectura e Historia del Arte en
la Universidad de
Buenos Aires. Como artista plástico se formó en Estímulo de Bellas Artes
(1967-1973), y concurrió al taller de Raúl Lara entre los años 67 y 68.
Desde 1972
a la fecha realiza exposiciones en el país.
Asimismo, hay murales suyos y obras expuestas en forma permanente en
la
Facultad de Ingeniería UBA,
la Comisión
Nacional de Energía Atómica, el Auditorio del Banco
Ciudad de Buenos Aires y el Centro Cultural de
la Cooperación ,
donde su tela mural integra un grupo de obras junto a las de Carlos
Alonso, Rodolfo Campodónico, Carlos Gorriarena y Luis Felipe Noé. Su obra
también forma parte de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes.
Como ilustrador, trabajó en el suplemento Cultura y Nación del
diario Clarín y en ediciones
especiales de las revistas
La
Maga y Encrucijadas (UBA). Coordinó y
curó una edición de lujo de El
Quijote de la
Mancha que reprodujo dibujos suyos y de otros
reconocidos artistas. También participó junto a otros artistas en la
ilustración del libro Derecho a la
memoria sobre
la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, entre otros importantes trabajos.
Dirigió varias revistas culturales y realizó notas para el
diario Nuevo Sur, al tiempo que
fue columnista de Arte y Parte del Suplemento Zona de Clarín. Desde 2004 colabora con
notas de artes visuales en la revista cultural Caras y Caretas, y desde 2010 se
desempeña como columnista de
Muy bueno el programa, en Radio
Nacional. Asimismo, fue fundador del departamento de Ideas Visuales del
Centro Cultural de la
Cooperación (1998-2003), y director y curador, junto a
Luis Felipe Noé, de su espacio de exhibición. Desde 2003 es asesor
artístico en la
Legislatura de
la Ciudad de Buenos Aires y Coordinador de
Artes Visuales del Centro Cultural Caras y Caretas.
También es autor y editor de libros de arte: Doce dibujantes en búsqueda de un
texto (1990), El Color
(1991) y Arte Latinoamericano:
Territorio de utopía (1992). En el género de ficción es autor de La memoria extraviada (1985),
mención en Casa de las Américas,
La Habana , Cuba.
Realizó numerosas exposiciones individuales y colectivas, entre
ellas:
1996, “La presencia de lo ausente”; “Veinte años después,
artistas plásticos contra el olvido y la impunidad”; 1999, “Antológica del
Fondo Nacional de las Artes”; “La presencia de lo ausente, segunda parte”;
2002, “Ay, mi país”; 2004, “
La Nación inconclusa”; 2000, Premio Costantini,
Museo Nacional de Bellas Artes. En el Centro Cultural
Recoleta.
1998, Panorama del dibujo, Museo de Artes Plásticas Eduardo
Sívori; 2007, Muestra individual de dibujos y gráfica “El no lugar”,
Centro Cultural Borges; 2008, Galería Spazio dei Mori, en las ciudades de
Venecia y Modena; 2011, Antológica (1971-2011): “Argentina, volver a
vivir”, Museo de Bellas Artes Benito Quinquela
Martín.