Mientras hablaban de la vida, el matrimonio, las responsabilidades y las obligaciones de la edad adulta, la madre hizo sonar los cubos de hielo en su vaso fuertemente y luego miro fijamente a su hija.
“Nunca te olvides de tus hermanas” le advirtió, dando vueltas a las hojas de té en el fondo de su vaso.
Recuerda salir con ellas siempre, hacer cosas con ellas siempre.
Ella escuchó a su madre.
Conforme el tiempo y la naturaleza presentan sus cambios y sus misterios en la vida de una mujer, tus verdaderas Hermanas siempre permanecen.
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Después de mis 40 años de vivir en este mundo, esto es lo que he aprendido:
El tiempo pasa.
La vida ocurre.
Las distancias separan.
Los hijos crecen.
Los trabajos van y vienen.
La pasión disminuye.
Los hombres no siempre hacen lo que se supone que deberían hacer.
El corazón se rompe.
Los padres mueren.
Los colegas olvidan los favores recibidos.
Las carreras o profesiones llegan a su fin.
PERO..........
Tus Hermanas siempre están ahí, no importa cuánto tiempo ni cuantas millas haya entre ustedes.
Cuando tienes que caminar por un valle solitario y tengas que hacerlo por ti misma, las mujeres de tu vida, estarán alrededor del valle, alentándote, orando por ti, empujándote, interviniendo por ti, y esperándote con los brazos abiertos al final del camino… Algunas veces, incluso romperán las reglas y caminarán a tu lado... O te llevarán cargada.
Amigas, hijas, abuelas, madres, hermanas, suegras, nueras, cuñadas, nietas, tías, primas, sobrinas: son una bendición en la vida!
Cada día, seguimos necesitándolas.
Yo acabo de hacerlo.
La dama que lee esto es hermosa, fuerte, y la quiero.
Ayudémosla a vivir su vida al máximo.
Por favor, promuévela y haz que ella sobrepase incluso sus propias expectativas.
Ayúdala para que brille en los sitios más oscuros.
Protégela en cualquier momento, levántala encima de todo cuando ella lo necesite más, y déjale saber cuando ella camine contigo. Ella siempre estará a salvo.